Conoce cuáles son los aspectos que debes tomar en cuenta para saber cuándo un diseño de sonrisa está bien y cuándo no lo está tanto.
Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es:
La forma del rostro del paciente: hay personas con rostros redondeados; otras, con rostros más cuadrados, rostros trapezoidales; incluso, rostros triangulares. Se supone que los parámetros que nos deben decir cuál es la forma del diente idónea para este tipo de pacientes es, precisamente, la misma forma su rostro.
Se asume que una persona con un rostro un poco más cuadrado, debería tener los dientes más cuadrados y así sucesivamente. Esto es algo que nos puede servir de guía pero no es algo absolutamente estricto porque también hay filosofías que dicen que la forma del diente es una forma de expresar la personalidad del paciente. Dientes con formas más rígidas o cuadradas van a hablar de una personalidad mucho más estricta; y formas más ovoides o más curvas van hablar de personalidades más dulces o accesibles.
Y esto lo podemos tomar en cuenta porque quizás con cambiar un poco la forma del diente, vamos a cambiar la forma en que la gente percibe a las personas. Luego tendríamos que hablar de cuántos dientes observamos en el momento de la sonrisa honesta del paciente. Esto nos permitirá saber cuál es el tamaño ideal de diente de la persona.
No podemos olvidar que quien va lucir la sonrisa es el paciente y, a pesar de nuestro criterio, el paciente debe sentirse cómodo. Pero es nuestra responsabilidad hacerle entender al paciente que una mejor proporción, le va a hacer lucir mejor.
El color de los dientes: la gente cree que mientras más blanco y más opaco, más bonito se va a ver. La verdad es que eso va a depender del criterio del profesional y del paciente. De nuevo, está en nosotros como profesionales guiar al paciente a la hora de la escogencia del color en la dirección que creamos que más lo va a favorecer.
Las mujeres tienden a solicitar colores mucho más blancos que los hombres; pero más blanco no siempre significa más bonito y menos opaco, tampoco. También hay que tratar de entender qué está motivando al paciente a solicitar dientes de este estilo: quizá tiene un círculo de amigos donde ya algunos se han hecho diseño de sonrisa y tienen los dientes mega blancos y esa persona de repente cree que eso le va a quedar bien.
Entonces -de nuevo, se repite- es nuestra responsabilidad saber guiar al paciente para tomar la mejor decisión en cuanto al color del diente. Para que al final, ese resultado también hable muy bien de nuestro trabajo y se convierta en una especie de publicidad andante.
Esas sonrisas bonitas que encuentras en la calle, siempre se van a transformar en más pacientes que quieran algo parecido a eso. Si ese trabajo no se parece a tu trabajo como odontólogo, no se parece a lo que a ti te gusta ofrecerle al paciente, difícilmente vendrán más personas buscando algo como eso.
La edad del paciente: no son los mismos parámetros que vamos a tomar en cuenta en una paciente de 19 o 21 años, a cuando nos toca enfrentar una paciente de 40, 50, 60 años. Hay temas en cuanto al rostro, a la condición de la piel, o temas generaciones. A medida que pasan los años, la gravedad afecta el rostro y la piel tiende a ubicarse en situaciones distintas a cuando el paciente estaba joven.
Entonces, a veces un paciente nos enseña una foto de cómo tenía los dientes a los 20 años, y eso es una muy buena referencia, pero hay que ubicar al paciente en cuanto a su edad y qué le vendría bien en este momento. Como consejo, si vas a asistir a un especialista en diseño de sonrisa, nunca está de más que tengas ciertas imágenes que le puedas enseñar sobre sonrisas que te gustan (con ciertas características que él pueda identificar para entender un poco más qué es lo que estás buscando). Y que él también te pueda decir si eso es algo que se adapta o no a tu caso.
Escrito por:
DR. MAARTEN
